viernes, 25 de abril de 2014

Sra. Carmen Avila de Naverán

La Señora Carmen Avila de Naverán, es nacida en Jujuy, en esta tierra que mecieron los primeros días de su cuna, hizo desde sus primeras letras en la Escuela Normal de esta ciudad de donde egresó con título de Maestra Normal. Mas tarde incorporada a la Escuela de Profesores N°1 de la Capital Federal donde recibió el título de profesora Normal. Realizó dos años de estudios de Profesorado especial de Jardines de Infantes y dos de enseñanzas especial de Sordo Mudos, en los institutos correspondientes de la Capital Federal.
Al egresar recién recibida de la Escuela Normal de Profesoras, obtuvo la primera dirección, una escuela mixta en Dolores provincia de Buenos Aires; al año siguiente con idéntico cargo pasó a una escuela superior de Avellaneda Provincia de Buenos Aires; ingresó como catedrática de la Escuela Normal N°5 de la capital Federal en el año 1909.
Desempeño cátedras en la Escuela Normal de Flores como suplente del Dr. Ambrosetti, más tarde en 1915, fue designada directora de la Escuela Normal de Jujuy. Aún hay en esta casa de estudios Profesoras que fueron maestras de la actual directora. La escuela en el que la directora estudió fue solamente para niñas, la que recibió para dirigir se había convertido en Escuela Mixta. La recibió con una inscripción de curso Normal que hoy se ha triplicado.
Fundo con fecha 25 de Mayo de 1920 una “Asociación Protectora de Estudiantes Pobres” la que desde entonces provee a los estudiantes, de ropas, calzados, útiles escolares, medicinas, y en algunas oportunidades de alimentos. Con fecha 25 de Mayo de 1928 inauguró un consultorio médico gratuito en el mismo local de la Escuela Normal, en sus principios prestó ad-honorem servicios el Dr. Vicente Arroyabe hasta que se ausentó de la localidad y, desde entonces hasta la fecha trabaja en las mismas condiciones el Dr. Luis Zarueta. Ambos facultativos han demostrado un alto espíritu de caridad pues tan grande es el desinterés como la buena voluntad puesta al servicio de la institución. Cuando hay casos graves son atendidos los alumnos a domicilio.
Los beneficios de la Asociación mencionada, si bien son en gran mayoría disfrutados por los alumnos del establecimiento, nunca han sido negados a estudiantes de otras instituciones, ya en la forma de los renglones antes citados ya en forma de pagos de derechos de exámenes o matrícula para estudiantes secundarios.
A iniciativa de la Sra. Regente del establecimiento se inauguraron, con fondos conseguidos en festivales u organizado por las maestras, una Biblioteca Infantil y pequeñas bibliotecas en cada aula, esto en el año 1925 y durante este año una sala de proyecciones  luminosas con elementos muy modernos.
En cuanto a progreso se avanza. No hace mucho se han ausentado dos alumnas, la Srta. Pol de 4° año quien continúa sus estudios en la Escuela Normal de La Plata y la Sta. Álvarez que continua sus estudios en la Escuela Normal de San Fernando; las cartas que ellas escriben a sus antiguas condiscípulas traen una gran satisfacción para todos los colaboradores de esta casa de estudios, que las niñas citadas comparan y juzgan con toda libertad desde la Capital en donde han conocido otras Escuelas Normales.
La Sra. Carme Avila de Naverán fue inspectora de las Escuelas Técnicas entre 1946 y 1949 y realizo por primera vez en la ciudad capital, la celebración del “Éxodo Jujeño”, lo que motivo al gobierno a continuar condichas recordaciones. En 1935, fue ascendida a Inspectora General de Enseñanza Secundaria  Normal y especial.
Falleció en San salvador de Jujuy, el 5 de Noviembre de 1958. La Municipalidad honrando su memoria, por ordenanza N| 439/82, impuso el nombre de C.A. d N. a una de las calles del Barrio Los Huaicos. Una escuela de Palpalá lleva su nombre.
Para finalizar esta breve reseña biográfica transcribimos un párrafo de un artículo de la Sra. De Naverán publicado por un órgano local el año 28 dice así:
“Los maestros deben ser todos hombres de bien”.
A los buenos maestros vaya mi afecto, con mucho respeto y admiración. Comprendo cuan dura es la lucha de esas vidas llenas de sacrificio con escasísimas compensaciones y quizás sin ningún estimulo
“Yo diría a mis colegas que lo mejor que podíamos hacer para superarnos, es revisa nuestra vida de estudiantes. A la claridad de esos recuerdos estoy segura de que distinguiríamos perfectamente lo que ha quedado en nosotros de todo aquel trabajo. Yo sueño con escuelas futuras en la que no habrán maestros que no puedan llamarse hombres de bien”.

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