La Señora
Carmen Avila de Naverán, es nacida en Jujuy, en esta tierra que mecieron los
primeros días de su cuna, hizo desde sus primeras letras en la Escuela Normal
de esta ciudad de donde egresó con título de Maestra Normal. Mas tarde
incorporada a la Escuela de Profesores N°1 de la Capital Federal donde recibió
el título de profesora Normal. Realizó dos años de estudios de Profesorado
especial de Jardines de Infantes y dos de enseñanzas especial de Sordo Mudos,
en los institutos correspondientes de la Capital Federal.
Al egresar
recién recibida de la Escuela Normal de Profesoras, obtuvo la primera
dirección, una escuela mixta en Dolores provincia de Buenos Aires; al año
siguiente con idéntico cargo pasó a una escuela superior de Avellaneda
Provincia de Buenos Aires; ingresó como catedrática de la Escuela Normal N°5 de
la capital Federal en el año 1909.
Desempeño
cátedras en la Escuela Normal de Flores como suplente del Dr. Ambrosetti, más
tarde en 1915, fue designada directora de la Escuela Normal de Jujuy. Aún hay
en esta casa de estudios Profesoras que fueron maestras de la actual directora.
La escuela en el que la directora estudió fue solamente para niñas, la que
recibió para dirigir se había convertido en Escuela Mixta. La recibió con una
inscripción de curso Normal que hoy se ha triplicado.
Fundo con
fecha 25 de Mayo de 1920 una “Asociación Protectora de Estudiantes Pobres” la
que desde entonces provee a los estudiantes, de ropas, calzados, útiles
escolares, medicinas, y en algunas oportunidades de alimentos. Con fecha 25 de
Mayo de 1928 inauguró un consultorio médico gratuito en el mismo local de la
Escuela Normal, en sus principios prestó ad-honorem servicios el Dr. Vicente
Arroyabe hasta que se ausentó de la localidad y, desde entonces hasta la fecha
trabaja en las mismas condiciones el Dr. Luis Zarueta. Ambos facultativos han
demostrado un alto espíritu de caridad pues tan grande es el desinterés como la
buena voluntad puesta al servicio de la institución. Cuando hay casos graves
son atendidos los alumnos a domicilio.
Los
beneficios de la Asociación mencionada, si bien son en gran mayoría disfrutados
por los alumnos del establecimiento, nunca han sido negados a estudiantes de
otras instituciones, ya en la forma de los renglones antes citados ya en forma
de pagos de derechos de exámenes o matrícula para estudiantes secundarios.
A iniciativa
de la Sra. Regente del establecimiento se inauguraron, con fondos conseguidos
en festivales u organizado por las maestras, una Biblioteca Infantil y pequeñas
bibliotecas en cada aula, esto en el año 1925 y durante este año una sala de
proyecciones luminosas con elementos muy
modernos.
En cuanto a
progreso se avanza. No hace mucho se han ausentado dos alumnas, la Srta. Pol de
4° año quien continúa sus estudios en la Escuela Normal de La Plata y la Sta. Álvarez
que continua sus estudios en la Escuela Normal de San Fernando; las cartas que
ellas escriben a sus antiguas condiscípulas traen una gran satisfacción para
todos los colaboradores de esta casa de estudios, que las niñas citadas
comparan y juzgan con toda libertad desde la Capital en donde han conocido
otras Escuelas Normales.
La Sra. Carme
Avila de Naverán fue inspectora de las Escuelas Técnicas entre 1946 y 1949 y realizo
por primera vez en la ciudad capital, la celebración del “Éxodo Jujeño”, lo que
motivo al gobierno a continuar condichas recordaciones. En 1935, fue ascendida
a Inspectora General de Enseñanza Secundaria
Normal y especial.
Falleció en
San salvador de Jujuy, el 5 de Noviembre de 1958. La Municipalidad honrando su
memoria, por ordenanza N| 439/82, impuso el nombre de C.A. d N. a una de las
calles del Barrio Los Huaicos. Una escuela de Palpalá lleva su nombre.
Para
finalizar esta breve reseña biográfica transcribimos un párrafo de un artículo
de la Sra. De Naverán publicado por un órgano local el año 28 dice así:
“Los maestros
deben ser todos hombres de bien”.
A los buenos
maestros vaya mi afecto, con mucho respeto y admiración. Comprendo cuan dura es
la lucha de esas vidas llenas de sacrificio con escasísimas compensaciones y
quizás sin ningún estimulo
“Yo diría a mis colegas que lo mejor que
podíamos hacer para superarnos, es revisa nuestra vida de estudiantes. A la
claridad de esos recuerdos estoy segura de que distinguiríamos perfectamente lo
que ha quedado en nosotros de todo aquel trabajo. Yo sueño con escuelas futuras
en la que no habrán maestros que no puedan llamarse hombres de bien”.
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